LA CIUDAD

La ciudad del Fresno esta situada en una depresión de la cordillera, un tanto inclinada y la rodean las colinas del Alto Fresno, alto de la Cruz, alto del Cielo y Alto del Águila, a 1490 metros sobre el nivel del mar. Su temperatura es de 21 grados centígrados. Primitivamente se le llamo MOSQUESADA, estrambótica palabra con la cual se quiso recordar los nombres del General TOMAS CIPRIANO DE MOSQUERA L y GONZALO JIMÉNEZ DE QUESADA.

Consta de cuarenta manzanas con cerca de mil casas. Las primeras edificaciones fueron de madera. Luego se adoptaron materiales de construcción modernos, a medida de que la ciudad se consolidaba, se enriquecía y sus moradores buscaron mejores comodidades de conformidad con las exigencias de la vida social. En la madrugada del 11 de agosto de 1940 una de las manzanas de la plaza principal fue arrasada por un incendio. Sobre las ruinas se construyeron modernas edificaciones. Hoy presenta la ciudad agradable aspecto que denuncia las ventajas de un proceso de prosperidad no interrumpido. Cuenta con todos los servicios públicos indispensables para hacer cómoda y saludable la existencia, acueducto, energía eléctrica, alcantarillado, teléfonos urbanos, calles pavimentadas, arborización. Pero, como sus moradores proveen el futuro, se están construyendo nuevo acueducto y nueva planta de energía eléctrica para satisfacer las posibilidades de un mayor desarrollo en todas las modalidades del trabajo y los refinamientos de la vida social. Los artesanos y fabricantes trabajan activamente en talleres y pequeños montajes industriales, de aquellos destinados a proveer todos los artículos y artefactos de consumo diario dentro de un grupo social que vive con holgura y placidez. El comercio es intenso, sobre la base de los grandes rendimientos de la industria cafetera, con la cooperación de la Caja Agraria. La juventud se forma en los establecimientos de educación de primeras letras que sostiene el gobierno departamental y en colegios de segunda enseñanza, pero muchos jóvenes hacen su bachillerato en los institutos de segunda enseñanza de la capital, para coronar carreras profesionales en las diversas facultades de la Universidad Nacional en Bogotá. Buen numero de doctorados ha dado para la cultura del departamento y de la nación, la joven ciudad.

Las gentes del Fresno son amables, acogedoras y cordiales, aptas para las faenas del trabajo y para el culto del espíritu, no es extraño encontrar allí, bibliotecas privadas bien provistas, no para ostentación y para lujo, sino para uso permanente. Ni tampoco es sorprendente encontrar el tipo del viejo patriarca, integérrimo de carácter y celoso guardián de todas las tradiciones austeras de la raza de los fundadores.

Pero el cuadro espiritual de las mujeres es el mejor símbolo de la ciudad y el índice inequívoco de su prestancia, matronas serenas, que fueron lumbre y estimulo de los eximios varones del trabajo que crearon la aristocracia del esfuerzo y un nuevo linaje, bellas muchachas núbiles cuya arcilla fina y cuya sangre fresca dieron a sus siluetas una euritmia y un ritmo no aprendidos, en armonía con las aptitudes del espíritu para todos los giros de la elegancia y el culto de la belleza, muchachas tan femeninas y tan dulces, como para el ensueño de quien sabe que príncipes azules.

LAS DOS FECHAS

El año 1557 marco la erección del Fresno en entidad oficial que ya podía darse un gobierno, lo que significa que ya era denso el grupo humano que vivía en sociedad. Porque sus fundadores crearon primero la sociedad para, después, darle gobierno. Al contrario de los conquistadores, que creaban cabildos para que gobernaran una sociedad inexistente. Así fueron casi todas sus fundaciones. La formación de la sociedad o grupo humano, es el hecho vital, es la creación, es la fundación por excelencia. Lo demás, es la organización civil de esa sociedad. En 1554,se recogieron los colonos, por imperativos del impulso gregario o de la energía de cohesión, en el sitio en que esta emplazada la ciudad. En ese instante se constituyo el núcleo, sé formo la célula, esto es, surgió la sociedad, fue, pues, el momento de la creación o de la fundación. Esa es la razón para que sea 1554 el año fundamental, y para que este de gracia en que nos encontramos, marque su primer centenario. Y como ni entre las brumas de la tradición ni la memoria aparece la fecha precisa de ese año en que se clavo el primer roble de la primera casa, el Genio tutelar de la ciudad adopto el trece de junio como clásica efemérides. De las sombras de la selva surgió la ciudad hace cien años, de las sombras de la anarquía, surgió la república el trece de junio, al conjuro del genio del Teniente General ROJAS PINILLA. Sea, pues, ese día de luz, el día cabalístico de la ciudad.